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		Pietro de Lignis, 1616 - Óleo sobre lámina de cobre, 70x54 cm
		Número de Catálogo P001556 - Madrid - Museo Nacional del Prado
		© Archivo Fotográfico - Museo Nacional del Prado 
Solemnidad de la Epifanía del Señor, en la que se recuerdan tres manifestaciones del gran Dios y Señor nuestro Jesucristo: en Belén, Jesús niño, al ser adorado por los magos; en el Jordán, bautizado por Juan, al ser ungido por el Espíritu Santo y llamado Hijo de Dios Padre.
Cristo, la Luz, se manifiesta a todos. Epifanía significa manifestación. Hoy la iglesia celebra la manifestación de Cristo a la gentilidad, a todos los pueblos. El profeta, centinela en medio del pueblo, vislumbra en el horizonte el nuevo amanecer de la historia y exhorta a caminar hacia la luz de la nueva aurora. Los Magos vieron el nuevo amanecer y siguieron el esplendor de la estrella para llegar al Mesías y adorarlo. La luz del nuevo amanecer se revela a todos sin excepción.
		
		Lectura del santo evangelio según san Mateo 2, 1-12
		Jesús nació en Belén de Judea en tiempos 
		del rey Herodes. Entonces, unos magos de Oriente se presentaron en 
		Jerusalén preguntando: —«¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? 
		Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo.» Al enterarse 
		el rey Herodes, se sobresaltó, y todo Jerusalén con él; convocó a los 
		sumos sacerdotes y a los escribas del país, y les preguntó dónde tenía 
		que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: —«En Belén de Judea, porque 
		así lo ha escrito el profeta: "Y tú, Belén, tierra de Judea, no eres ni 
		mucho menos la última de las ciudades de Judea, pues de ti saldrá un 
		jefe que será el pastor de mi pueblo Israel."» Entonces Herodes llamó en 
		secreto a los magos para que le precisaran el tiempo en que había 
		aparecido la estrella, y los mandó a Belén, diciéndoles: —«Id y 
		averiguad cuidadosamente qué hay del niño y, cuando lo encontréis, 
		avisadme, para ir yo también a adorarlo.» Ellos, después de oír al rey, 
		se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto salir 
		comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el 
		niño. Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la 
		casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo 
		adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, 
		incienso y mirra. Y habiendo recibido en sueños un oráculo, para que no 
		volvieran a Herodes, se marcharon a su tierra por otro camino.  
		
 
			
		
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