La Natividad
Juan Correa de Vivar, 1533-1535 - Óleo sobre tabla, 228x183 cm
Número de Catálogo P000690 - Madrid - Museo Nacional del Prado
© Archivo Fotográfico - Museo Nacional del Prado
NAVIDAD 2022
Nos ha nacido el Salvador. La Navidad encierra el misterio en la cueva de Belén, en el alto de los cielos y en nuestros corazones. La Eucaristía de medianoche pregona un triple anuncio: Isaías anuncia el nacimiento de un niño que es consejero y príncipe de la paz. Su nacimiento suscita un cántico de alegría. El ángel del Señor anuncia a unos pastores el nacimiento del Salvador y un coro angélico canta con alegría: "Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor". Pablo explica lo que significa la manifestación de la gracia de Dios y exhorta a los cristianos a hacer el bien.
El Verbo nace de santa maría Virgen. Los evangelios de las Misas de medianoche y de la aurora narran el gran acontecimiento de la historia: el nacimiento de Jesús como el Verbo, la Palabra , que está junto a Dios. Isaías anuncia a la ciudad en ruinas la presencia del rey victorioso. El que fue el Verbo se hace carne y habita entre nosotros. Él es la Luz que ilumina y la Vida que salva. El rostro de Jesús es reflejo eterno de la divinidad.
La
Navidad es una de las fiestas más importantes del Cristianismo junto con
la Pascua y Pentecostés, celebramos el nacimiento de Jesús en Belén.
La Navidad, contiene un tiempo de preparación, llamado Adviento, que
inicia cuatro domingos antes del 25 de diciembre.
Es costumbre que antes o después de ella,
el Papa de un mensaje de Navidad a todos los fieles del mundo, este
mensaje es conocido como Urbi et Orbi.
La fiesta de Navidad fue instituida por la Iglesia en el siglo IV y es originaria de la Iglesia latina y más propiamente de la Sede Apostólica de Roma.
Navidad NO ES LA CELEBRACIÓN DE UNA FECHA, SINO DE UN HECHO, el nacimiento del Salvador, evento absolutamente decisivo en la historia de la salvación. Es entonces una conmemoración del significado de ese hecho.
Se lee en
las profecías:
Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado; le ponen en el
hombro el distintivo del rey y proclaman su nombre: "Consejero
admirable, Dios fuerte, Padre que no muere, príncipe de la Paz." (Is 9,
5)
Ese hecho fue de tal magnitud que todo el cielo lo celebró: De pronto una multitud de seres celestiales aparecieron junto al ángel, y alababan a Dios con estas palabras: "Gloria a Dios en lo más alto del cielo y en la tierra paz a los hombres: ésta es la hora de su gracia". (Lc 2, 13-14)
"Jesús nace para la humanidad que busca libertad y paz; nace para todo hombre oprimido por el pecado, necesitado de salvación y sediento de esperanza."
Este es el verdadero sentido de la Navidad, cuyo centro es Jesús y no un evento comercial o una fiesta pagana. Rescatemos la Navidad para Cristo y cantemos con los ángeles de Belén: "Gloria a Dios en las alturas y Paz en la tierra a los hombres que confían en Él."
"La Navidad suele ser una fiesta ruidosa: nos vendría bien un poco de silencio, para oír la voz del Amor."
Navidad eres tú, cuando decides nacer de nuevo cada día y dejar entrar a Dios en tu alma.
El pino de Navidad eres tú, cuando resistes vigoroso a los vientos y dificultades de la vida.
Los adornos de Navidad eres tú, cuando tus virtudes son colores que adornan tu vida.
La campana de Navidad eres tú, cuando llamas, congregas y buscas unir.
Eres también luz de Navidad, cuando iluminas con tu vida el camino de los demás con la bondad, la paciencia, alegría y la generosidad.
Los ángeles de Navidad eres tú, cuando cantas al mundo un mensaje de paz, de justicia y de amor.
La estrella de Navidad eres tú, cuando conduces a alguien al encuentro con el Señor.
Eres también los reyes Magos, cuando das lo mejor que tienes sin importar a quien.
La música de Navidad eres tú cuando conquistas la armonía dentro de ti.
El regalo de Navidad eres tú, cuando eres de verdad amigo y hermano de todo ser humano.
La tarjeta de Navidad eres tú, cuando la bondad está escrita en tus manos.
La felicitación de Navidad eres tú, cuando perdonas y reestableces la paz, aun cuando sufras.
La cena de Navidad eres tú, cuando sacias de pan y de esperanza al pobre que está a tu lado.
Tú eres, sí, la noche de Navidad, cuando humilde y consciente, recibes
en silencio de la noche
al Salvador del mundo sin ruidos ni grandes celebraciones;
tú eres sonrisa de confianza y de ternura, en la paz interior de una Navidad perenne que establece el Reino dentro de ti.
Una muy Feliz Navidad para todos los que se parecen a la Navidad.
Fresco de la iglesia del Campo de los Pastores de Belén
(Peregrinación a Tierra Santa - mayo 2013)
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