PRESENCIA DE LAS CRUZADAS DE SANTA MARÍA EN NUESTRA PARROQUIA
(Enero 2015)
El P. Tomás Morales S. J. impulsó
un nuevo camino de santidad en la Iglesia. Muchos quisieron seguir a
Cristo en este carisma.
Tras el P. Morales, atraídos por el atractivo de su experiencia
espiritual y la grandeza de esta misión evangelizadora, camina una
familia que él quiso de Santa María.
Esta familia está integrada por un movimiento de laicos que participan
del carisma de las Cruzadas de Santa María y prolongan su misión.
Buscando la santidad personal, viven el compromiso bautismal y
apostólico del Instituto, según su propia vocación.
Las Cruzadas de Santa María garantizan la sólida formación de los
miembros adheridos. Estos, por su parte, asumen distintos grados de
compromiso para su bien personal y para cumplir mejor sus deberes
cristianos.
Dicha familia está llamada a dar cobijo a realidades diferentes, con la
riqueza y variedad propias del ejercicio de la fidelidad creativa al
carisma del Padre Morales. Entre las iniciativas promovidas están el
movimiento juvenil Militantes de Santa María, el Instituto Berit de la
Familia y la Fraternidad Sacerdotal.
BREVE BIOGRAFÍA DEL PADRE MORALES
Las Cruzadas de Santa María somos
un Instituto Secular de derecho pontificio consagradas en medio del
mundo, unidas con vínculo especial a la Santísima Virgen, para
participar conscientemente en la misión evangelizadora de la Iglesia.
Fundadas por el jesuita español Tomás Morales Pérez; Lydia Jiménez,
Directora General desde 1971, es junto con el P. Tomás Morales
cofundadora del Instituto.
Vivimos la consagración propia de un Instituto Secular: consagrarse a
Dios plenamente, mediante la profesión de los consejos evangélicos
(castidad, pobreza y obediencia) en medio del mundo, entregándose a los
demás y compartiendo con ellos su vida, como hizo Cristo mismo.
Animadas por una profunda espiritualidad, desarrollamos nuestra
actividad apostólica sobre todo en el campo de la enseñanza y pastoral
universitaria y en los demás niveles de la docencia, así como en las
otras profesiones y en la atención preferente a los jóvenes y a la
familia.
Las Cruzadas de Santa María estamos presentes en dieciocho diócesis de
España, así como en Alemania, Italia, Irlanda, Perú, México, Colombia,
Chile, Camerún y recientemente en EEUU.
El carisma que el P. Morales nos ha transmitido se caracteriza, según
sus palabras, por “la búsqueda de la santidad apostólica en medio del
mundo, viviendo la espiritualidad contemplativa en la acción de la
Familia de Nazaret.” Esto implica que buscamos la santidad a través de
la vida familiar, profesional y social, es decir, a través del
cumplimiento de los propios deberes de estado. Compartimos la vida, las
preocupaciones y los afanes de las personas que nos rodean, como la
Sagrada Familia en los treinta años de Nazaret.
A través de la presencia incisiva y la competencia profesional,
intentamos llevar el fermento del mensaje cristiano. Nuestra presencia
como fermento se manifiesta en el testimonio de vida cristiana; la
palabra y la acción responsable en servicio de los demás.
Puesto que nuestro fundador fue un jesuita, nuestra espiritualidad está
directamente vinculada a San Ignacio de Loyola, a través de sus
Ejercicios Espirituales; pero también a Santa Teresa de Jesús, y a la
rica vida contemplativa que emana del Carmelo. Somos “tronco ignaciano
con savia carmelitana”, en palabras del P. Morales.
Mirando a Cristo, buscamos la santidad en el trabajo profesional
convertido en contemplación. Cada una encuentra en su trabajo, oculto y
competente, el mejor medio de unirse con Jesús.
Con las Cruzadas de Santa María, el P. Tomás Morales S.J. ha dado al
mundo un nuevo carisma. Con él inaugura un nuevo estilo de santidad,
apto para ser vivido en las condiciones ordinarias de la vida por
personas de toda clase y condición.
Nuestra Misión está dirigida a evangelizar todas las realidades
temporales.
El bautismo vivido con coherencia es el que nos impulsa a comunicar el
tesoro de nuestra fe. El P. Tomás Morales S. J. se adelanta
proféticamente a la visión que el Concilio Vaticano II ofrece sobre la
promoción del laicado en la Iglesia y en el mundo.
FAMILIA
Hoy urge evangelizar la familia, por ser transmisora de valores morales,
sociales y espirituales, básicos para el desarrollo armónico de sus
miembros y su plena inserción en la sociedad. Ofrecemos a las familias
un marco de evangelización y autoevangelización dirigido a cultivar sus
genuinos valores. Formamos así familias cristianas comprometidas con la
Nueva Evangelización. Entre las iniciativas para la promoción cristiana
de las familias destaca el Instituto Berit de la Familia, Centro de
Estudios y de Formación, Orientación y Acción Familiar.
EDUCACIÓN
Deseamos contribuir a la educación integral de las personas tomando a
Cristo por modelo. La educación en sentido estricto es uno de los campos
prioritarios de nuestro apostolado puesto que contribuye a la formación
de las nuevas generaciones, a cimentar y desarrollar una auténtica
civilización cristiana. Educar en y para la libertad, educar amando,
exigiendo y entusiasmando. El entusiasmo supone la creencia en la
realización de un ideal.
CULTURA
La evangelización de la cultura la entiende el P. Tomás Morales S.J.
como "una exigencia de la cultura y una exigencia de la fe". Hoy se ha
generalizado una cultura sustentada en el escepticismo y relativismo que
acaba por negarse a sí misma y termina siendo, por tanto, cultura de la
muerte. La evangelización en este ámbito es tan importante que, en ella,
se juega el destino de la humanidad. No se trata de emplear grandes
recursos; con medios pequeños se puede lograr un enorme impacto
cultural.
Entre las iniciativas que hemos desarrollado en este campo destacan: los
EUC, los Foros Universitarios y las asociaciones universitarias.
TRABAJO
El trabajo tiene como objetivo el desarrollo y promoción de la persona y
la búsqueda del bien común junto a la obvia función económica. Es una
cantera de santificación para el cristiano, mediante la competencia
profesional y el alegre cumplimiento del deber. Nos identifica con
Cristo al contemplarle durante sus años de Nazaret. El trabajo es
también el primer campo de misión para un laico. Se esfuerza por que se
practique la justicia y la solidaridad, se valore al trabajador como
persona, promoviendo la comunión en todos los niveles del tejido social.
MILICIA DE SANTA MARÍA
Para contribuir a la evangelización de la juventud y de la familia, el
P. Tomás Morales Pérez S.I. (1908-1994) quien, al calor de la oración,
entendió que el laico era un potencial que aún no se había explotado. El
P. Morales Pérez comprendió que, si el hombre contemporáneo estaba
alejado de Dios, se debía, fundamentalmente, a la «defección de los
bautizados» (Juan Pablo II, 1982) y a que había dejado de ser fermento
en medio del mundo para convertirse en masa amorfa.
En 1946, un grupo de jóvenes madrileños (varones), al terminar una tanda
de ejercicios espirituales ignacianos, dirigida por el P. Morales,
constató el problema de tantos compañeros de estudio y trabajo que
vivían de espaldas a Dios, sumergidos en un materialismo asfixiante y
sin un ideal que diera sentido a sus vidas, porque nadie se lo había
ofrecido. Tocados por el mismo Cristo, sintieron la urgencia de una
misión: transmitirles la vida divina y transformar el mundo para Dios.
Les invitaron a vivir la experiencia transformante de los Ejercicios, y
organizaron para ellos actividades posteriores de formación humana y
espiritual, junto con el cultivo de una intensa vida de oración y
sacrificio, envuelto en un entrañable amor a María. Surgió así un
movimiento de jóvenes fuertemente cimentados en el amor de Dios y
disponibles incondicionalmente para la misión.
A partir de los años 60, el P. Morales impulsó también este movimiento
con chicas jóvenes. El 8 de diciembre de 2008, el Consejo Pontificio
para los Laicos decretó el reconocimiento de la Milicia de Santa María
(rama femenina) como asociación internacional de fieles.
El objetivo fundamental de la Milicia es estar al servicio de la Iglesia
universal y forjar personas que se santifiquen allí donde Dios las
envíe, en la familia y en cualquier tipo de ocupación o profesión; y que
enseñen a otros a vivir un cristianismo coherente en dichos ambientes.
Algunos rasgos que distinguen la Milicia como movimiento apostólico son:
el clima de familia -al estilo de los primeros cristianos-, el espíritu
de superación, el amor a la Virgen, la adhesión y comunión con el Papa y
el Magisterio de la Iglesia, la universalidad, la formación
diferenciada, la atención a las necesidades profundas de la persona, la
búsqueda y perseverancia en el proyecto personal de vida.
Las principales actividades son los
ejercicios espirituales,
encuentro
de universitarios y los
campamentos de verano.
Órganos principales de gobierno de la Milicia de Santa María (rama
femenina) son la Asamblea Internacional, presidida por la Presidenta de
la Asociación y la Junta Directiva. Los miembros del Movimiento reciben
el nombre de Militantes de Santa María, siguiendo, para llegar a ello,
un proceso de formación. Se consideran Militantes a las que realizan sus
promesas de acuerdo a los estatutos. Ser Militante implica participar en
las actividades de la Milicia, y llevar un plan de vida espiritual y de
compromiso apostólico.
La rama femenina de la Milicia de Santa María está presente en 9 países
distribuidos del siguiente modo:
4 en Europa; 4 en América; 1 en África.
La Asociación participa de la espiritualidad y misión del Instituto
Secular Cruzadas de Santa María, fundada por el P. Morales, en cuyo seno
ha nacido. Así pues, corresponde a dicho Instituto el deber moral de
velar y cuidar por la conservación y transmisión íntegra del carisma
legado por el fundador.
Otras obras ligadas a la Milicia de Santa María son:
- Asociación EUC “Encuentro de
Universitarios Católicos”, formada por estudiantes y profesores
- ONG BERIT formada por equipos de apoyo misioneros en América y África
EL INSTITUTO BERIT DE LA FAMILIA
El Instituto Berit constituye un punto de encuentro para las familias,
un lugar apropiado para la convivencia y la amistad, un espacio abierto
para la actividad creativa, la formación permanente y un vivo sentido de
solidaridad, favoreciendo así una conducta inspirada en el Evangelio.
Las familias unidas se reconocen, frente a una cultura dominante de la
soledad, como expresión privilegiada de libertad y de encuentro.
Todas las Actividades del Instituto promueven la formación y la
evangelización de la familia.
Como Centro de Estudios y de Formación, Orientación y Acción Familiar,
el Instituto facilita la formación integral de la persona en el ámbito
específico de la vida conyugal y familiar.
Ofrece una educación auténtica sobre el amor y la sexualidad humana;
establece un diálogo entre la fe y la cultura en el entorno familiar,
social, académico y político; favorece los valores de verdad, libertad,
justicia y amor. Promueve la integración de saberes en el marco de la
investigación de las ciencias de la familia. Colabora en relaciones de
cooperación e intercambio con universidades e instituciones científicas
y culturales, nacionales y extranjeras, privadas o públicas, que
considera de interés para sus fines.
El P. Morales, frente a la crisis que sufre en la actualidad la familia,
y los jóvenes, entendió que era importante la formación y la protección
de la familia. Por ello, acogiendo su preocupación, se inauguró en
Madrid el 8 de octubre de 1998, el Instituto Berit de la Familia, centro
de formación, orientación y acción familiar promovido por las Cruzadas
de Santa María, y un equipo especializado de matrimonios.
Nace como respuesta a las sucesivas y urgentes demandas que, desde la
Iglesia y la sociedad invitan a trabajar en el campo inmenso y basto de
la familia. Como su mismo nombre lo indica –Berit significa alianza-
retoma la imagen bíblica de vinculación de Dios con su pueblo, y
refuerza en sentido sagrado de la unión entre el hombre y la mujer.
Quiere ser un lugar de encuentro, de formación permanente, donde se
desarrolle la investigación multidisciplinar en el área de la familia.
Ofrece a sus miembros y colaboradores los medios necesarios para una
sólida formación espiritual basada en el carisma fundacional del P.
Morales y plasmado en su vida, sus escritos y sus obras.
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