¡Oh glorioso Apóstol San Judas! Siervo fiel y amigo de Jesús. El nombre
del traidor que entregó a tu querido Maestro en manos de sus enemigos ha
sido la causa de que muchos te hayan olvidado, pero la Iglesia te honra
e invoca universalmente como patrón de los casos difíciles y
desesperados. Ruega por mí que soy tan miserable y haz uso, te ruego, de
ese privilegio especial a tí concedido de socorrer visible y prontamente
cuando casi se ha perdido toda esperanza. Ven en mi ayuda en esta gran
necesidad, para que reciba los consuelos y socorro del cielo en todas
mis necesidades, tribulaciones y sufrimientos, particularmente (haga
aquí cada una de sus súplicas especiales), y para que bendiga a Dios
contigo y con todos los escogidos por toda la eternidad.
Te prometo, glorioso San Judas, acordarme siempre de este gran favor y
nunca dejaré de honrarte como a mi especial y poderoso protector y hacer
todo lo que pueda para fomentar tu devoción.
Amén.
© Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción 2025