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Santísimo Cristo de la Indulgencia que estás vivo y resucitado
en la Eucaristía, en la Custodia, mira a tus hijos, la Comunidad
parroquial de Navalperal de Pinares que acude a Ti como a su
Fuente y Roca, como a su Alimento y a su Perdón.
Ten clemencia con tus hijos, muéstranos un corazón indulgente
que nos enseñe a convivir en paz y en santa armonía.
Enséñanos a acudir a Ti en todo momento para que viviendo cada
instante de tu Amor, se realice en nosotros la transformación de
nuestro corazón por el tuyo y pasemos del pecado a la Gracia,
del hombre viejo al hombre nuevo, de las tinieblas a la luz.
Santísimo Cristo de la Indulgencia, con la fuerza de tu Espíritu
y a través de la Eucaristía, transforma nuestra comunidad
cristiana de Navalperal de Pinares en una parroquia viva que te
haga presente en todos los ambientes con la indulgencia amorosa
de tu propio Corazón.
A ti que pendes de la Cruz pero que vives en la Eucaristía te
decimos:

Pastor, que con tus silbos amorosos
me despertaste del profundo sueño;
tu, que hiciste cayado de ese leño
en que tiendes los brazos poderosos,
vuelve los ojos a mi fe piadosos,
pues te confieso por mi amor y dueño,
y la palabra de seguir empeño
tus dulces silbos y tus pies hermosos.
Oye, Pastor, que por amores mueres,
No te espante el rigor de mis pecados,
pues tan amigo de rendido eres.
Espera, pues, y escucha mis cuidados.
Pero ¿cómo te digo que me esperes,
si estás para esperar, los pies clavados? |